Ruta gastronomica por madrid

Viaja sin salir de casa

Ruta gastronómica por Madrid

Podemos ir a cualquier sitio si nos lo proponemos, al menos con nuestra imaginación y con un poquito de creatividad. Una de las mejores maneras de descubrir un lugar, es a través de su cocina, algo que podemos disfrutar desde casa. Por eso desde aquí queremos recorrer la gastronomía de Madrid, capital de España y crisol de variedades culinarias y lo haremos a través del sentido del gusto.

Si hablamos de Madrid enseguida nos viene a la cabeza su famoso cocido, algo que conocemos perfectamente en Rogusa y que te invitamos a probar, así como los callos a la madrileña. Pero Madrid ofrece una gran variedad de platos tradicionales, tapas y postres, hagamos un pequeño recorrido por algunos de ellos.

Comencemos nuestro viaje

Las mañanas madrileñas se caracterizan por el olor inconfundible a churros y a chocolate. Un desayuno delicioso que también podemos hacer en casa, tan solo necesitamos: 250 gr de harina, 250 gr de agua y aceite vegetal para confeccionar nuestros churros madrileños. Hierve el agua y echa de golpe la harina y amasa hasta que no queden grumos, introduce la masa en una churrera o en una manga pastelera. Un consejo: la masa debe estar apretada, sin aire, para evitar salpicaduras al freir. Haz porciones y fríe con el aceite muy caliente. Nadie se resiste a este pequeño lujo que tiene la gastronomía de Madrid.

La hora de la comida

Hemos elegido los callos a la madrileña. Un plato muy representativo de la gastronomía de Madrid, cuya primera receta data del siglo XVI, de sabor intenso, típico de las tabernas, hasta que los restaurantes de lujo quisieron incorporarlo en sus cartas como una de las exquisiteces que ofrece Madridí

Los callos a la madrileña de Rogusa conservan la receta tradicional, cocinados a fuego lento, manteniendo todas sus propiedades saludables.

Así pues, si quieres conocer Madrid, abre una de nuestras latas de callos a la madrileña, caliéntalos como gustes y sírvelos en una olla de barro para mantener el calor. Y solo queda degustar cada uno de los ingredientes, sus callos, el jamón o el chorizo ibérico, su panceta…Se nos hace la boca agua solo pensando en comerlos. No olvides tener a mano una buena barra de pan, la salsa con tomate y pimentón es espectacular.

Y un buen plato de callos a la madrileña necesita de un buen vino tinto, maridar cada plato con un vino adecuado es fundamental ya que puede intensificar los sabores o por el contrario perderlos completamente. En este caso un tinto con cuerpo es lo más aconsejable, la variedad que escojas depende de uno mismo, y en Madrid podemos elegir entre los de la zona de Arganda, Navalcarnero o San Martin de Valdeiglesias.

De Madrid al cielo

Y para terminar la jornada gastronómica, uno de los postres más castizos, heredado probablemente de las monjas de los conventos del siglo XIX: los bartolillos. Un dulce elaborado con una masa fina rellena de crema, frita y espolvoreada con azúcar, que suele estar presente en las principales fiestas madrileñas, San Isidro, Semana Santa, Navidad…  Un auténtico placer para el paladar que puedes disfrutar en casa siguiendo esta sencilla receta. 

Ingredientes para la masa

  • 400 gr. harina de repostería
  • 80 gr. manteca de cerdo
  • 100 ml. de vino blanco
  • 30 gr. azúcar
  • Una pizca de sal
  • Azúcar blanquilla o azúcar glass para rebozar
  • Aceite suave para freír

Crema pastelera para 12 bartolillos:

  • ¼ litro de leche
  • 65 g de azúcar
  • 40 g de harina de repostería
  • 1 huevo
  • ½ vaina de vainilla

Comenzamos por la crema pastelera, poniendo la leche en un cazo con la vainilla, que habremos cortado por la mitad para sacar las semillas. En un bol se mezcla el azúcar y los huevos, y poco a poco la harina hasta conseguir una especie de papilla. Vertemos la leche hirviendo sobre la mezcla y movemos bien. Volvemos a llevarlo al fuego muy bajo removiendo sin parar para evitar que se queme. Cuando comience a espesar retiramos del fuego batiendo bien si hace falta con las varillas evitando así que salgan grumos. Una vez cuajada, se deja enfriar, si ponemos un film transparente que toque la superficie evitaremos que se forme costra.

Ahora preparamos la masa de los bartolillos mezclando el azúcar, el vino y la sal en un cazo, a fuego suave hasta que el azúcar se haya disuelto y dejamos que se enfríe un poco.

En un recipiente amplio colocamos la manteca de cerdo que debe estar a temperatura ambiente, junto a la harina y agregamos el vino templado. Poco a poco, con ayuda de un tenedor vamos uniendo todos los ingredientes hasta que podamos trabajar la masa con las manos.

La masa deberá reposar durante 30 minutos por lo que haremos una bola que colocaremos en un bol tapado con un trapo.

Una vez haya reposado la masa, formaremos un rollo que cortaremos en 12 partes, cada una de las cuales estiraremos. Debemos crear rectángulos de unos 10 cm de ancho por el doble de alto. Colocaremos una cucharada de crema pastelera en el centro y cerramos doblando por la mitad como si de una empanadilla se tratara. Para que sellen bien untaremos un poco de clara de huevo en los bordes e incluso aplastaremos con un tenedor.

Hecho todo esto, tan solo queda freir y espolvorear un poco de azúcar por encima. Un secreto: cómelos templados, están mucho más ricos.

Y hasta aquí nuestra ruta por la gastronomía de Madrid. Sabemos que hay mucho más que contar, y mucho más por descubrir, aquí puedes conocer más platos tradicionales.

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